Servicio Técnico de relojes Longines en Argentina

El regreso de la moda retro con LONGINES

 

La firma de Saint Imier nos muestra una exclusiva referencia Heritage que recupera la estética de los relojes de aviador de los años 30, el Longines Avigation BigEye, caracterizado, además de por su inigualable legibilidad, por los dos enormes pulsadores cronográficos y un totalizador de minutos sobredimensionado.

Longines y la aeronáutica

La relación de Longines con el planeta de la aviación se remonta 100 años atrás; ya en 1919, la marca es nombrada proveedor oficial de la Federación Aeronáutica Internacional debido al avance de instrumentos de navegación de enorme precisión y de alta fiabilidad, cronometrando los récords revueltos por estos aventureros de los cielos, en especial a través del Director de Longines en USA, John P. V. Heinmuller. Ocho años más tarde, en 1927, el Comandante P. Van Horn Weems de la Armada estadounidense lleva a cabo el “Weems System of Navigation”, una sucesión de aparatos de navegación desde los cuales, con Longines, elabora un reloj de disco rotativo que facilita al usuario concordar la aguja de los segundos con una señal GMT, fundamental para la navegación: el Longines Weems Second-Setting Watch. En 1935 se registra una patente para este reloj.

Charles Lindbergh

También en 1927 sucedió una de las hazañas más destacables en la narración de la aeronáutica: Charles A. Lindbergh al atravesar el Atlántico Norte desde Nueva York hasta París, en solitario y sin escalas, pilotando su avión Spirit of Saint Louis. Lindbergh ideó un instrumento de navegación cuya realización le confía a Longines. Usado adjuntado con un sextante y un almanaque náutico, el reloj Lindbergh de Ángulo Horario, apoyado en el modelo Weems desarrollado en 1927, facilitó a los aviadores el cálculo de la longitud que, adjuntado con la latitud, les ofrecía su situación geográfica precisa.

Longines Avigation BigEye

Como correspondía al hecho de ser considerado un instrumento, la caja de la referencia original se encontraba fabricada en acero, el mismo material usado en esta reedición. Con 41 mm de diámetro, su acabado satinado general se complementa con un angosto bisel pulido, aunque ésta no es su primordial singularidad, una definición reservada para los sobredimensionados pulsadores cronográficos localizados en la carrura derecha a las 2 y 4 horas. Más “altos” que los comunes pulsadores, tenían la función de hacer más simple su uso a los pilotos inclusive si llevaban los gruesos guantes de piel para evadir el frío en altura.

Manteniendo la geometría abombada vintage, la esfera se nos enseña a través de un fuerte cristal de zafiro con régimen antirreflectante que se complementa con una posterior ciega grabada y una correa de piel envejecida de color marrón. El único “pero” se lo pongo a la hermeticidad, unos 3 bares (30 metros) que resultan un poco pocos en caso de querer usarlo en medio acuático.

Bajo una simple minutera perimetral, la esfera de fondo negro muestra numerales arábigos en las posiciones horarias, todos ellos recubiertos con Super-Luminova, precisamente dominados por las tres subesferas: pequeño segundero a las 9, totalizador de 12 horas a las 6, y totalizador de 30 minutos a las 3 horas. Exactamente, es este último elemento el que más nos llama la atención del reloj por su enorme tamaño, un 20% mayor a los otros dos, y es el que le otorga nombre: BigEye. Puede gustar o no, pero lo que no podéis denegar es que le adjudica una asimetría muy especial a la vez que discreta que lo distinguen de la multitud de referencias con características estéticas semejantes que logramos hallar en el mercado.

En el interior del Longines Avigation BigEye late el en la actualidad mejor mecanismo de Longines, el calibre automático L688.2 (ETA A08.L01), un cronógrafo de rueda de pilares y embrague vertical con piñón oscilante. Con un diámetro de 13¼ líneas, vibra a 28’800 alternancias por hora y tiene una reserva de marcha de 54 horas.