
Recomendaciones esenciales para evitar reparaciones costosas
Un reloj de alta gama combina ingeniería y tradición. Su precisión depende tanto de la calidad de su fabricación como del cuidado que recibe.
La mayoría de las reparaciones que requieren gran inversión pueden prevenirse aplicando algunas pautas simples de uso y mantenimiento.
1. Utilice su reloj en el entorno adecuado
Cada reloj está diseñado para una función específica. Los modelos de vestir no deben exponerse al agua o a impactos, mientras que los deportivos resisten mejor el uso activo, pero no son inmunes a la salinidad ni a temperaturas extremas.
Antes de utilizar un reloj en condiciones exigentes, verifique su resistencia al agua (WR o ATM) y evite accionar la corona durante la inmersión.
Incluso un reloj resistente puede dañarse si se somete a cambios bruscos de temperatura o si sus juntas están envejecidas.
Usar el reloj en el contexto correcto es la medida más efectiva para evitar daños en el movimiento y conservar su integridad.

2. Proteja su reloj del agua y la humedad
El ingreso de humedad es una de las causas más frecuentes de reparación.
Las juntas de goma pierden elasticidad con el tiempo y permiten filtraciones que, al oxidar los componentes, alteran la precisión del mecanismo.
Signos de alerta:
- Empañamiento del cristal.
- Manchas en la esfera.
- Funcionamiento irregular o detención.
Incluso el vapor de una ducha puede condensarse en el interior y dañar los lubricantes.
Una prueba anual de hermeticidad permite detectar pérdidas y conservar la estanqueidad original.
El control preventivo es breve, económico y evita oxidaciones costosas.

3. Evite golpes y caídas
Un impacto puede afectar la alineación del volante, dañar el rotor o romper el circuito en relojes de cuarzo.
Estos daños no siempre son visibles, pero comprometen la precisión y suelen requerir intervenciones complejas.
Recomendaciones básicas:
- Retire el reloj antes de practicar deportes o realizar tareas de impacto.
- Guárdelo en su estuche cuando no lo utilice.
- Evite apoyarlo cerca de bordes o superficies duras.
- Apoye su reloj sobre una mesa para cambiar la fecha o la hora para evitar que se caiga al piso.
Los mecanismos de relojería son precisos, no indestructibles. Un simple descuido puede alterar su calibración.

4. No deje que la pila se descargue completamente
En relojes de cuarzo, una pila agotada y olvidada dentro del mecanismo produce sulfatación, un proceso corrosivo que daña los contactos y destruye el circuito electrónico.
En relojes automáticos, el problema equivalente es la pérdida de lubricación.
Cuidados recomendados:
- Sustituir la pila apenas el reloj pierda precisión o se detenga.
- Solicitar el cambio de pila profesional, con control de hermeticidad y limpieza ultrasónica.
- En modelos automáticos, realizar mantenimiento cada tres a cinco años para renovar aceites y calibrar el movimiento.
Un control a tiempo previene reemplazos costosos y prolonga la vida útil del reloj.

5. Cuidar la corona: la pieza clave para prevenir filtraciones
La corona es el punto más sensible del reloj. Permite ajustar la hora y la fecha, pero también puede permitir la entrada de polvo o humedad si no se la manipula correctamente.
Uso adecuado
- Asegurarse de que el reloj esté seco antes de girarla.
- No ajustar la fecha entre las 21:00 y las 03:00, cuando el sistema del calendario está en funcionamiento.
- Cerrar la corona a rosca hasta que trabe suavemente.
- Evitar forzarla o manipularla con el reloj puesto.
- No dejarla extendida por períodos prolongados.
Las juntas internas que sellan la corona se degradan con el tiempo.
Revisarlas cada 12 a 18 meses evita filtraciones que pueden dañar el mecanismo de forma irreversible.

La prevención como mejor inversión
Un mantenimiento regular no es un gasto innecesario: es la forma más eficiente de conservar precisión y valor.
Un reloj correctamente cuidado puede acompañar toda una vida.
Las revisiones periódicas permiten:
- Detectar desgastes antes de que generen fallas.
- Sustituir juntas o sellos en mal estado.
- Mantener la exactitud del movimiento.
- Restaurar el brillo de caja y brazalete.
El mantenimiento preventivo es más económico que una reparación y garantiza que el reloj conserve su desempeño original.

Cuándo realizar una revisión completa
Conviene solicitar una evaluación profesional cuando se presenten los siguientes síntomas:
- Retraso o adelanto visible.
- Agujas trabadas o movimiento irregular.
- Corona dura o girando con dificultad.
- Cristal empañado.
- Ruidos internos al mover el reloj.
Detener su uso ante cualquiera de estas señales puede evitar un daño mayor.
Una revisión a tiempo conserva la precisión y evita reemplazos innecesarios.
Cuidar un reloj es preservar un legado
Más allá de su función práctica, un reloj es una pieza de valor personal y patrimonial.
Adoptar hábitos de cuidado diario prolonga su vida útil y protege su historia. Siguiendo estos cinco tips usted se asegura larga vida a su reloj.
- Utilizarlo en condiciones adecuadas.
- Mantenerlo alejado del agua y el vapor.
- Protegerlo de impactos.
- Cambiar la pila o realizar mantenimiento con regularidad.
- Cuidar la corona y sus sellos.
Cada uno de estos hábitos contribuye a mantener su integridad mecánica y estética.
Conclusión: precisión y prevención van de la mano
La mayor parte de los daños graves en relojes de alta gama se originan en el uso inapropiado o en la falta de mantenimiento.
Una revisión preventiva periódica garantiza que el reloj conserve su exactitud, valor y hermeticidad originales.
El equipo de relojeros especializados recomienda siempre la prevención: un control a tiempo evita reparaciones costosas y asegura que cada reloj mantenga la excelencia para la que fue creado.
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